lunes, 18 de marzo de 2013

Lo siento mucho, he actuado mal, no volverá a suceder

Crónica malevolamente escrita por el Maestro Golpeador

Lo primero un poco de música, subnormix del Renorenardo


Después de un intervalo sin gran audiencia los juevos se retomaron en la modalidad de cuatro para cuatro con los siguientes cuartetos Oscar, Chus, Golpeador y César, contra Calvin, Juanito Patanga y Leñador de Dinópolis.

Primeros dos partidos donde los Oscarizados, se impusieron con claridad con la omnipresencia de Oscar y el trabajo sordo de Chus en la pintura.  A destacar durante todo el partido el trabajo defensivo de Calvin sobre Oscar, robando e incomodando como un carterista en plaza Cataluña

Se ofreció cambio de cromos a fin de igualar las cosas, la permuta fue Cesar por Leñador y aunque el primer partido se noto el cambio en seguida se volvieron a poner las cosas en su sitio ganando dos partidos seguidos los pupilos de Chus.

Las frases del día en este caso intenten adivinar quien las dijo:

"Yo siempre pego sin mala intención"

"Este partido lo gano yo"

"Esa falta ha sido muy juanera"

"¿Hacemos cambio de equipos?"

Gigante del partido: Juan Aller demostrando su caballerosidad a este servidor olvidando lo ocurrido en la pista con una sonrisa y ofreciendo la mano.  Otros con menos motivos van con mala ostia por la vida.  Golpeador te lo tiene en cuenta.  Lo siento mucho, he actuado mal, no volverá a suceder.

Unas risas con Alejandro Valcárcel

4 comentarios:

piquers dijo...

El mundo al reves
A juan es a quien se le dice q se siente y q no volvera a suceder?

yo tuve el brazo derecho dia y medio dolorido y con el nervio dandome calambres
Grrrr
Leñador leñado

El moratón de mi brazo tampoco es manco dijo...

A Juan le pegué sin venir a cuento, lo tuyo fue absolutamente accidental. Incluso tenía los brazos abajo.

piquers dijo...

Jajaja,no sabia que te hice un moraton!!!
Glups

Javier Marías dijo...

Tienes un don amigo, de todas maneras prefiero el moratón al brazo hormigueante y por supuesto al codazo sin venir a cuento al iniciar el partido acompañado de un empujón.