Comencemos con la quedada prevía, donde citando a Ignacio Rosés, se quedó en el "Cebrián en la calle Cebrián". Para el anecdotario la tardanza de Raulovich que acudió al Cebrián de Argensola lo que le permitió encontrarse con Julio Moreno, que lo sacó de su equívoco y con la posterior llamada de Roses permitió la creación del siguiente equipo titular: al base Diegovich, en las alas Vicente y Raulovich, y para el juego interior Ignacio Rosés y Pedro a ver quién nos paraba.
Tras dos jarras de cervezas por barba, una hamburguesa Portobello (altamente recomendable) por barba, y dos hamburguesas con queso devoradas por Raulovich, la procesión se encamino a una cafeteria de la calle Alfonso con el fin de hacer tiempo. Tres cafes irlandeses, un gintonic y un cafe por barba para posteriormente encaminarnos al Gran Hotel. Entre medio conocimos a uno de los amores platónicos de la juventud de Raulovich, belleza morena cinematrográfica que dió calidad a la noche (Raul sigue picando).
Tras la llegada al Gran Hotel, nuestro espíritu rebelde llevó a conversar con los Green Apples, grandes tipos, sobre todo Raul Kerkoff que hasta se interesó por mi tesis pero para otro día, esa no era la noche. Llevando la rebeldía al extremo vean la foto que demuestra que se puede fumar en los salones del Gran Hotel.
Fernando recibió su regalo:
Los Gemelidis presentando sus respetos a la novia:
En plan hermandad:
Bailemos un valls:
Y sobre todo dándolo todo con J, con J de Ey Jude:
Alguna que otra canción después se bajó a la discoteca para luego mano a mano la versión balcánica del Stadium tomo dirección vía Tocata a tomar la última, se habló de lo divino y de lo humano.
También quiero aprovechar a saludar desde estas páginas a esas dos matures-gruppies que nos ponían miradas insinuantes y conversaciones picantes, de verdad, gracias por intentarlo pero jugamos ligas distintas
ENHORABUENA FERNANDO
